jueves, 21 de junio de 2007

¿Nuevos tiempos, vieja docencia?

Para nadie es una novedad que las nuevas técnicas de información están revolucionando la forma en que vemos la educación o, por lo menos, deberían estar haciéndolo. En los más de 5000 años que llevamos haciendo uso de la escritura, nunca antes había habido cambios tan trascendentales en la forma en que se almacena y distribuye la información recopilada. Si el papiro sirvió para reducir el peso de las tablillas de barro, las nuevas técnicas de información nos están llevando a caminos nunca antes explorados y, por tanto desconocidos. Es un hecho que día a día debemos ser más conscientes del uso que damos a estas nuevas herramientas, tales como los blogs, por ejemplo. De igual forma, debemos pararnos a reflexionar sobre su importancia en nuestro medio y de cómo influyen en lo que somos nosotros como educadores.

Los blogs permiten un nuevo acercamiento al conocimiento y a la difusión que de él hagamos. Ya no solamente estaremos pendientes de lo que pueda suceder en la hora o dos horas que estemos, presencialmente, ante nuestros alumnos, sino que esa preocupación nos acompañará fuera del aula. Esto tiene diversas implicaciones. En primer lugar, aquellos viejos esquemas, aprendidos y repetidos una y mil veces, que eran –y desafortunadamente lo son en muchos casos– típicos de muchos docentes, deberán irse extinguiendo. La información ya está disponible, de forma inmediata, en la red. No podemos, por tanto, tener la excusa de que en la biblioteca tal o cual libro no se encuentra o de que tal o cual edición está agotada. La posibilidad de acceder a información de todo el mundo implica que la cantidad de la misma de la que podemos hacer uso sea prácticamente infinita y, por tanto, la constante renovación una necesidad prioritaria.

Esto nos lleva a reflexionar sobre un segundo punto y es que los alumnos, si son activos, están bien orientados y son atraídos por el tema, estarán en igualdad de condiciones e, incluso, en algunos casos, nos podrían aventajar a nosotros, sus profesores, en el acceso a dicha información. Esto, por tanto, implica que tengamos que dedicar más tiempo a perfeccionar nuestros conocimientos, a ampliarlos y a precisarlos. Este último punto me parece de primer orden, ya que el hecho de poder acceder a lo que piensan otras personas de otras regiones y culturas, implica que dejemos esa visión tan occidental y eurocéntrica que solemos manejar debido a nuestra herencia cultural. Esto, bien manejado, puede servir para que dejemos de mirarnos el propio ombligo y veamos otras formas de expresión, otras ideas y formas de concebir el mundo que no tienen por qué, necesariamente, coincidir con las nuestras. Por tanto, del mismo modo, esto nos debería llevar a tener una conciencia mayor de nuestro papel como docentes y de lo que representa la enseñanza como vehículo de unión y tolerancia.

Sin embargo, debemos ser conscientes también de los inconvenientes que se pueden presentar en el uso de estas nuevas tecnologías de la información. En este sentido si, por un lado, tenemos una información prácticamente ilimitada a la que podemos acceder o a la que pueden acceder nuestros alumnos, al mismo tiempo no toda ésta será de la misma calidad ni veracidad. Nuestra función, como educadores, será velar porque el uso que puedan hacer ellos de la misma sea lo más racional y crítica posible, sin, por otro lado, incurrir en una posible censura. La línea entre ambas posibilidades es muy tenue, así que debemos ser conscientes de la necesidad de supervisar, pero no de coartar ni restringir.

Por tanto, más allá de pensar sobre qué usos podemos darles a las nuevas tecnologías de la información y, en particular a los blogs, debemos pensar en el cómo se van a usar y, también por quiénes, puesto que, desafortunadamente, no todos los estudiantes ni docentes gozan de la igualdad en el acceso a estas nuevas posibilidades educativas algo que, esperemos, irá desapareciendo con el tiempo.

martes, 5 de junio de 2007

Para empezar

¡Hola a todos/as!
El gran historiador Polibio escribió, en el siglo II a.C. (V, 32.5), que "el comienzo es la mitad de todo". Y, la verdad, considero que así es. La tecnología y yo hemos vivido, podría decirlo así, espalda contra espalda. Sin embargo, la decisión de emprender la Diplomatura de Educación y Nuevas Tecnologías me está sirviendo para abrirme a un mundo nuevo y, a la vez, cada vez más necesario.
Estamos todos a la mitad del nuevo camino. Estoy impaciento por ver lo que nos depara.
Un saludo,

Luis